martes, enero 19, 2010

El sujeto del jogging Adidas dentro de las botas de montar ( o Madrid).

-End of the road.-
Eran las 5 de la tarde pasadas. El día había empezado 9 horas antes, cuando te levantaste. Era el último día, el final del camino. Todo viajero sabe que la ruta que ha recorrido en ese lapso es especial, en algo lo ha cambiado.
Saliste a caminar por las calles de Madrid. Te perdiste entre fachadas antiguas y el olor a nostalgia. Varias veces a lo largo del día soltaste un lagrimón y otras tantas amagaste.
Te despediste comiendo paella y huevos rotos en el bar de tapas que se encontraba al lado de tu departamento. Comiste sola y eso no te afectó.
Saliste la calle y antes de entrar decidiste fumar un último pucho. Te acercaste el banco de madera, verde, antiguo, que le daba la espalda a La Gran Vía. Apoyaste tus pompis y lo prendiste.
En ese momento se acerca un sujeto caminando con paso de Darth Vadder. Alrededor de un 1,70, jogging Adidas adentro de botas de montar, campera deportiva y guantes polares. Se sienta y comienza a mirarte."Freak"-Pensás para tus adentros.
Sigue mirando.
"Hace frío", dice.
"Na"- Respondés con total desinterés. Mirás para otro lado.
Silencio absoluto. La gente seguía atravesando las calles madrileñas dominicalmente. Los autos pasaban.
"Edkjshdskhis", dice.
"¿Eh?, respondés. Para tus adentros pensas: "RANCIO".
"Akjdkjslkj", vuelve a decir.
"Disculpame pero no te entiendo", le respondés. Seguís mirando hacia otra parte, intentando fumar tu cigarrillo en paz.
"Que por suerte ya no llueve", dice en vos alta.
Silencio absoluto. Has ignorado esta última respuesta. SOLAMENTE QUERES FUMAR UN ULTIMO CIGARRILLO EN PAZ, SIN QUE NADIE TE HABLE, SIN RUIDO.Simplemente querés mirar al pacífico.
"¿De dónde sos?, pregunta. Se desliza por el banco, acercándose.
"Argentina", respuesta seca y concreta. ¿Porqué la gente no se dará cuenta cuando no querés relacionarte con ellos?
"¿Cómo te llamás?",continua la investigación. Se desliza un poco más.
"Micaela", respondés y estás a punto de decirle que deje de stalkear, pero no tenés ganas de ponerte en esa posición.
"¿De qué signo eres?", indagando con la odiosa pregunta. Un poco más de deslizamiento. Ya está demasiado cerca.
"Leo". Estás a punto de ponerte en esa posición.
Silencio. 5,4,3,2,1. Prosigue:
"Los leo son muy inteligentes".
"Eso dicen", ya estás fastidiosa y sin ganas de este sujeto siga merodeando.
Silencio.
Más silencio.
"¿Querés ir a dar una vuelta y tener sexo?", remata.
Seguís mirando a otro lado.Reacción: inmutable. Fumás, mirás la gente pasar. Silencio. Por dentro pensás: "¿Es necesaria tanta ranciedad?".
Silencio.
El sujeto del jogging Adidas dentro de las botas de montar espera una respuesta que no va a llegar. Sigue esperando medio minuto, se levanta y se va.
Lo mirás alejarse. Camina. Observas su andar darthvedderiano. Se acerca a la primera mujer que se le cruza. Ella hace mueca de espanto. El se aleja.
Se acerca a la siguiente. Ella sigue de largo.
Mientras tanto, vez que va hacia el horizonte, haciéndose cada vez más chiquito, hasta que desaparece.
Apagás el cigarrillo. Te parás, buscás las llaves y caminás los dos metros que te separan de la puerta de entrada.

martes, enero 19, 2010

El sujeto del jogging Adidas dentro de las botas de montar ( o Madrid).

-End of the road.-
Eran las 5 de la tarde pasadas. El día había empezado 9 horas antes, cuando te levantaste. Era el último día, el final del camino. Todo viajero sabe que la ruta que ha recorrido en ese lapso es especial, en algo lo ha cambiado.
Saliste a caminar por las calles de Madrid. Te perdiste entre fachadas antiguas y el olor a nostalgia. Varias veces a lo largo del día soltaste un lagrimón y otras tantas amagaste.
Te despediste comiendo paella y huevos rotos en el bar de tapas que se encontraba al lado de tu departamento. Comiste sola y eso no te afectó.
Saliste la calle y antes de entrar decidiste fumar un último pucho. Te acercaste el banco de madera, verde, antiguo, que le daba la espalda a La Gran Vía. Apoyaste tus pompis y lo prendiste.
En ese momento se acerca un sujeto caminando con paso de Darth Vadder. Alrededor de un 1,70, jogging Adidas adentro de botas de montar, campera deportiva y guantes polares. Se sienta y comienza a mirarte."Freak"-Pensás para tus adentros.
Sigue mirando.
"Hace frío", dice.
"Na"- Respondés con total desinterés. Mirás para otro lado.
Silencio absoluto. La gente seguía atravesando las calles madrileñas dominicalmente. Los autos pasaban.
"Edkjshdskhis", dice.
"¿Eh?, respondés. Para tus adentros pensas: "RANCIO".
"Akjdkjslkj", vuelve a decir.
"Disculpame pero no te entiendo", le respondés. Seguís mirando hacia otra parte, intentando fumar tu cigarrillo en paz.
"Que por suerte ya no llueve", dice en vos alta.
Silencio absoluto. Has ignorado esta última respuesta. SOLAMENTE QUERES FUMAR UN ULTIMO CIGARRILLO EN PAZ, SIN QUE NADIE TE HABLE, SIN RUIDO.Simplemente querés mirar al pacífico.
"¿De dónde sos?, pregunta. Se desliza por el banco, acercándose.
"Argentina", respuesta seca y concreta. ¿Porqué la gente no se dará cuenta cuando no querés relacionarte con ellos?
"¿Cómo te llamás?",continua la investigación. Se desliza un poco más.
"Micaela", respondés y estás a punto de decirle que deje de stalkear, pero no tenés ganas de ponerte en esa posición.
"¿De qué signo eres?", indagando con la odiosa pregunta. Un poco más de deslizamiento. Ya está demasiado cerca.
"Leo". Estás a punto de ponerte en esa posición.
Silencio. 5,4,3,2,1. Prosigue:
"Los leo son muy inteligentes".
"Eso dicen", ya estás fastidiosa y sin ganas de este sujeto siga merodeando.
Silencio.
Más silencio.
"¿Querés ir a dar una vuelta y tener sexo?", remata.
Seguís mirando a otro lado.Reacción: inmutable. Fumás, mirás la gente pasar. Silencio. Por dentro pensás: "¿Es necesaria tanta ranciedad?".
Silencio.
El sujeto del jogging Adidas dentro de las botas de montar espera una respuesta que no va a llegar. Sigue esperando medio minuto, se levanta y se va.
Lo mirás alejarse. Camina. Observas su andar darthvedderiano. Se acerca a la primera mujer que se le cruza. Ella hace mueca de espanto. El se aleja.
Se acerca a la siguiente. Ella sigue de largo.
Mientras tanto, vez que va hacia el horizonte, haciéndose cada vez más chiquito, hasta que desaparece.
Apagás el cigarrillo. Te parás, buscás las llaves y caminás los dos metros que te separan de la puerta de entrada.