Depravación, orgías, exhibicionismo, orgasmos. El tabú sexual desde siempre ha existido.
Déjenme contarles una historia. La misma no es apología de frenesí, no es instigadora orgiástica, simplemente intenta reconstruir un hecho que tuvo lugar en un tiempo y un espacio determinado.
Érase una vez un pobre campesino que vivía en medio del bosque. Trabajaba día y noche, cortando leña, cazando animales, emparchando techos de paja para así a su familia poder mantener. Era realmente muy pobre: el dinero apenas le alcanzaba para comprar un pan diario que repartía entre sus cuatro hijos y mujer. Ella era una señora joven, que lavaba las prendas de su familia a orillas del río, ordenaba la casa, recogía frutas y aseaba a los hijos. Éstos, por su parte, no tenían otra educación que la de la vida misma: sus padres no podían afrontar los gastos que suponía tomar clases particulares con un maestro, por ende eran analfabetos.
Todo transcurría en una casi perfecta armonía, hasta que una mañana, allí estaban ellos. Bastó con que abran la ventana para que vieran el escenario: hombres y mujeres masturbándose entre sí, haciendo fellatios, poses de perro y fiestas entre los arbustos. Todo tipo de relación estaba permitida: homosexual, heterosexual, bisexual, transexual, metrosexual, hipersexual. La líbido se olía por todas partes, era imposible rodear la zona sin tener una erección. El “Camping Nudista Tiburón” había llegado.
El mismo se jactaba de ser el primero de esta índole en el nuevo orden naciente. La libertad de dejar los órganos reproductivos al aire estaba era el plato principal.
Pasaron los días y el pobre campesino obligó a su familia a atrincherarse en su humilde posada. “Cualquier cosa puede pasar, hay que cuidarse de estos blasfemos orgiásticos” alegó.
Los días continuaban pasando y las provisiones comenzaban a faltar. En medio de la angustia por no poder alimentar a sus hijos, la madre salió desesperada en el medio de la noche a buscar el manzano más cercano: esa fue su peor idea idea. El árbol se encontraba dentro del camping, y dentro de éste todo estaba permitido.
Se escabulló, entre sombras y hojas, tratando de hacer el menor ruido posible. Al llegar, cogió algunas manzanas. Escuchó voces, se asustó y las rojas frutas prohibidas cayeron al piso. Agacharse a buscarlas no fue un claro momento de lucidez: nunca imaginó que eso sería el principio del fin.
Al agacharse su torso quedó en posición horizontal, estando totalmente descuidadas sus nalgas. Mala idea: en un descuido la habían clavado como a una brochette. Ella gimió de placer pidiendo más y más. Sus gritos libidinosos, como gata en celo, despertaron a su familia. En un primer momento el pobre campesino corrió en su ayuda: tarde había llegado. Su mujer se encontrada en medio de una ponderosa orgía, no dejando cavidad de su cuerpo libre.
El campesino volvió al hogar y obligó a sus hijos a empacar sus pocas pertenencias: abandonarían el campo, llegarían a la ciudad donde la promesa de un nuevo orden industrial los estaba esperando.
Sin mirar sobre sus pasos caminaron hacia el horizonte.
No pasaron muchos años, hasta que todos los miembros de la familia del pobre campesino sobrevivientes al “Camping Nudista Tiburón”, murieran industrialmente: dos de los hijos de tuberculosis, otro de difteria y el restante, niño obrero, mutilado tras un accidente con una máquina que se había trabado. Vale aclarar que el primero en morir fue el pobre campesino: contrajo sífilis tratando de apañar las noches de soledad. Dejó a sus hijos huérfanos, librados a la buena de Dios para vender su fuerza de trabajo a cambio de un salario mínimo, obteniendo así el cerdo capitalista todo el plusvalor.
24 comentarios:
Y la mina se pasó el resto de su vida meta y ponga.
jajaja pobre campesino que destino..
HAY UN CUENTO DE GOGOL QUE ME TRAE SEMEJANZA CON LO EXPUESTO... TAL VEZ ME EQUIVOQUE PERO ME RECORDO ESO!!! SALE VIAJE NOMAS?
Y el capitalista tenía un sex shop y un prostíbulo de mera diversión.
Onda que me quejo del vecino del 7º "A" al pedo nomás. Aunque vaya uno a saber lo que hacen ahí adentro...
¡el capítulo censurado de los ingalls!
que se joda el campesino por no sumarse a la fiesta!!!!
jajaja! Como en la vida misma, Srita!!
Muy buen postulado! (:
q viva el garche, la falopa, el vino y la prostituciónnnn.
la líbido tiene olor a pata.
Hay que socializar los medios de re-producción...
...............
camping?
conozco alguno nudista y no son asi.
Invitame a alguno jijiji
wooow
xD
buena entrada
El camping tiburón me recuerda a Houellebecq en las partículas elementales, pero con un aire más "rural". Si no entiendo mal, ¿la muerte de los niños es culpa del sistema o del camping o de los dos?
Por cierto, ¿dónde está este camping?
besos
eso queda entre las toninas y sta teresita!!!
El fanatismo, no se saltea generaciones
"¿Lesbiana? dijo...
Y el capitalista tenía un sex shop y un prostíbulo de mera diversión"
Pobre campesino, adhiero a varios. De lo que se perdía, ¿no?
Ay por favor mujer...el socialismo arrastró tu mente a historias inpensables...
De que se asombraba el campesino? O hizo los hijitos in vitro..por favoooorrr...
Me hace acordar a mi conservadora profe de Catecismo que se horrorizaba con todo pero tenía 9 hijos...no cogía ella, no!
Aguante el Camping Nudista Tiburón, loco. Quiero tener una relación hipersexual, sea lo que sea!
Después de haber leído uno de los mejores libros que leí en mi vida ("La conjura de los necios"), me metí de lleno con las novelas eróticas de Apollinaire. Ahora estoy terminando "Las once mil vergas" (posta, se llama así), ¡y se la pasan garchando cada 2 renglones! Quiero terminarla hoy y empezar con sus poemas surrealistas; demasiadas pijas, conchas y culos esta última semana y media..
Mató que unieras el calificativo "ponderosa" al sustantivo "orgía".
Tu crónica es una suerte de Shortbus rural.
Si.. tenes razon.. me canse de este mundo industrializado.
No me pasas la direccion del camping ese? se ve que se la pasa bien... capaz que te sale medio caro.. o que te rompen el culo, pero bueno..
que se le va a hacer :P
todo no. siempre queda un dejo de dignidad a extraer.
guau
pobre campesino
que historia
Jajajajaja ------ "Agacharse a buscarlas no fue un claro momento de lucidez"
Vaya con la señora joven, que lavaba las prendas de su familia a orillas del río, ordenaba la casa, recogía frutas y aseaba a los hijos, paso de eso a solo recoger frutas jajajaja.
Se la comio el tiburon jajaja
Besis nudistas.
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