La culpa de todo la tienen las tortugas ninjas

Tortugas ninjas. Teenage Mutant Ninja Turtles. Idolos de la Infancia. Donatello, Rafael, Leonardo y Miguel Angel.También estaba el maestro Splinter y April, la reportera (hago un parate para decir: ¿porqué usé la palabra reportera, acaso la neutralización del castellano me ha lavado el cerebro?) Cada uno de ellos tenía su personalidad, cada uno de nosotros tenía su preferido.

En mi caso era Miguel Angel, el naranja.Tan preferido mio era, que en mi cumpleaños de 6 o 7 la torta tuvo forma de Miguel Angel. Fue lo más, hasta tengo una foto y todo (algún día cuando la encuentre se las muestro).

También tenía (tengo) los muñecos, que algún día, tendrán su lugar en un estante junto a la colección entera de los super amigos, los cazafantasmas y demás.

La cuestión es otra: llegué a la conclusión que mi consumo cultural infantil me condicionó en mi forma de relacionarme con el mundo a medida que iba creciendo. Remarco fervientemente la cuestión de condicionar, porque pordía haber dicho "me determinó" pero no, no es así (y esperemos que así no sea, porque no es lo mismo condicionar que determinar, puesto que esto último implicaría que algo es inmutable y quiero creer que aún tengo la posibilidad de cambiar algunas cosas).

El sábado volvíamos de Haedo en un remís (y si, cuando uno llega a cierta edad, no quiere saber nada de volver en bondi) Mr. Belloccho, Mora y yo. La disposición en el asiento era: Sr. remisero manejando, y en el asiento trasero Mora contra la ventana derecha, Bellocchio en el medio, yo a la izquierda (como siempre, BIEN a la izquierda). Palabras que van, palabras que vienen, Mora dice: "¿Cuál era su tortuga ninja preferida?"

A lo que obviamente respondí. "Miguel Angel", le dije. Automáticamente me dice "Mica, Miguel Angel era el más pendejo de todos, lo único que quería era comer pizza todo el tiempo, andar en skate, joder y hacer nada. Era muy infantil". Me quedé callada como por 5 segundos y casi sin pensarlo, la siguiente frase salió de mi boca: "Ahora entiendo todo"

Fue un momento de lucidez mental como tuve pocos en la vida. Efectivamente mi consumo massmediático-cultural infantil me condicionó para los años que le siguieron hasta llegar a mis actuales 24: todas mi relaciones pasadas y presentes no son más que una reincidencia y proyección de la relación que yo entablé con las tortugas ninjas.

Durante toda esta semana no dejé de pensar en mi teoría, y se lo comenté a varias personas (las cuales claramente me miraban con cara rara, pero después de unos días me confesaron que se quedaron meditando sobre el asunto y sobre cual era su interpretación de los hechos). Como si fuese poco, y ya no tuviese la cabeza bastante quemada, ayer pasó algo que hizo que cierre todo perfecto: estaba en el práctico de Diseño y el profesor comentó que "según Freud vivimos hasta los 5 años y que todo lo que pasa de allí en adelante es una serie de repeticiones de todo lo que nos pasó en esos años iniciales". Claremente, yo vi las tortugas ninjas a esa edad. Por ende, entran en mi período de vida, entendiendo el porque de mis repeticiones.

Desde ese momento no pude parar de pensar en el nuevo componente. Llegué a casa y le conté a mi mamá, la cual me respondió: "Con razón una paciente mia que era psicóloga una vez me dijo, cuando eras chiquita y yo le comentaba del carácter que tenías, que anote todas tus conductas porque las ibas a reincidir a la largo de tu vida. Ahora entiendo todo"

Pd:Estoy conciente de que siempre es más fácil decir que el otro es Miguél Angel, antes que asumir que Miguel Angel no es otra cosa que la proyección de mi misma, que el goce como espectadora lo encontraba al identificarme yo con él. Sea como sea, el trabajo de reeducación en ambos casos es doble: tengo que empezar a cambiar la forma de relacionarme conmigo, para así poder cambiar la forma con el otro.